Jiddu Krishnamurti
Diario I
Un documento único dentro de la producción del genial autor; si toda su obra anterior nace de transcripciones de charlas y conferencias, aquí es él mismo quien escribe acerca de sus vivencias personales más profundas. Una fuente natural rebosante de espontaneidad y frescor.
El pensamiento sustenta y nutre tanto al temor como al placer. Lo que queremos es el placer continuo, más y más placer..., y si lo observamos bien, toda la moralidad social -que es realmente inmoral- se basa en el placer y el temor, en la recompensa y el castigo «El cultivar diversas formas de lo que debería ser que son llamadas virtud, practicándolas día tras día hasta que se vuelven mecánicas, no tiene ningún sentido. La virtud, ciertamente, es algo de instante en instante, como la belleza, como el amor, no algo que uno ha acumulado y desde lo cual actúa.» «El pensamiento engendra el temor, pero el pensamiento no puede terminar con el temor, ¿qué harán entonces? »
El pensamiento sustenta y nutre tanto al temor como al placer. Lo que queremos es el placer continuo, más y más placer..., y si lo observamos bien, toda la moralidad social -que es realmente inmoral- se basa en el placer y el temor, en la recompensa y el castigo «El cultivar diversas formas de lo que debería ser que son llamadas virtud, practicándolas día tras día hasta que se vuelven mecánicas, no tiene ningún sentido. La virtud, ciertamente, es algo de instante en instante, como la belleza, como el amor, no algo que uno ha acumulado y desde lo cual actúa.» «El pensamiento engendra el temor, pero el pensamiento no puede terminar con el temor, ¿qué harán entonces? »
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